Alfombras hechas de camisetas viejas, bolsos hechos de otros bolsos, vasos elaborados a partir de redes de pesca viejas, ropa de baño creada con botellas de plástico... la lista es larga. Sobre todo cuando hablamos de productos hechos con materiales reciclados o con los desechos de terceros. La moda surgió, se desarrolló y se creó una vida propia.
Todos sabemos que la mejor manera de reducir la cantidad de residuos es no crearlos en primer lugar. Sin embargo, la demanda crea el suministro, y no estamos preparados para dejar de exigirlo. En algún momento, esta demanda se extinguirá y nuestra realidad será diferente, pero por ahora parece que al mundo le cuesta dejar atrás sus viejos hábitos. Un día todos podremos reducir drásticamente nuestro consumo, pero mientras tanto debemos ajustar los bienes de consumo existentes para no desperdiciar tanto o utilizar los productos que ya se desperdician. En el mercado de las camas regulables, estamos viendo como esta tendencia está siendo una realidad en el diseño de camas. Sin embargo, falta una pieza visible: la unidad de control.
Un mercado en crecimiento al que le falta un participante
En el mercado cada vez hay más camas con perfiles sostenibles. Los colchones se hacen de forma sostenible, las estructuras son de madera con certificación PEFC y las telas son ecológicas. Sin embargo, aún no hemos visto un mando de control que se adapte a este mensaje.
Pues bien, nos hemos sentido inspirados y hemos dado un pequeño paso en la misma dirección que muchos visionarios medioambientales antes que nosotros. Nos fijamos en uno de nuestros mandos de control y nos preguntamos: "¿qué podemos hacer para que sea más ecológico?". Observamos tanto el interior como el exterior, y decidimos centrarnos en el exterior.
Recubierto de madera de pino alemana
Tras numerosos ensayos con muchos materiales diferentes, desde plástico reciclado hasta bioplásticos y materiales compuestos de granos, acabamos consiguiendo un material sólido con el aspecto rústico adecuado. El compuesto final de la carcasa está hecho de un 50 % de plástico y un 50 % de virutas de madera. Las virutas de madera son un producto de desecho de aserraderos alemanes que manipulan pino con certificación PEFC, un producto que de otro modo se quemaría o enviaría a un vertedero.
El compuesto de madera/plástico no es único en sí mismo, pero se suele utilizar para productos más grandes, como los tableros para terrazas. Como señala Markus Hofmann, el responsable del proyecto, "... No creo que se haya utilizado antes para encapsular componentes electrónicos. Obviamente, la razón es que es difícil de usar en ese contexto". El proceso duró mucho y contó con numerosas pruebas y revisiones que garantizaran que la calidad LINAK® con los nuevos materiales era la adecuada.
Sin embargo, el resultado es único en el mercado. Tanto si se trata de reducir el uso de plásticos como de usar productos de desecho con un aspecto rústico, las hojas de este compuesto encajan a la perfección con la agenda ecológica. Para ir todavía más lejos, podemos decir que incluso huele a madera cuando lo desenvolvemos por primera vez.
Los pasos de bebé también son pasos
Aunque dar una segunda oportunidad a las virutas de madera no va a acabar con los problemas medioambientales globales de nuestro tiempo, por algún lugar hay que empezar. Nos mantendremos informados y nos dejaremos inspirar por nuestros futuros productos.
Al menos ahora podemos afirmar que el mercado de los mandos de control para camas regulables finalmente ofrece a los fabricantes la posibilidad de elegir un mando de control que se adapte mejor a la ideología de una cama ecológica.
Encontrará más información acerca del mando de control HC10 ECO en la página del producto.